Bebamos alegremente de este vaso

porque la belleza resplandece:

que la hora efímera

se embriague de deleite.

Bebamos con el dulce estremecimiento

que provoca el amor 

puesto que estos bellos ojos

omnipotente atraviesan el corazón.

Bebamos, el amor, al tomar vino

volverá los besos mucho más ardientes.

Bebamos, el amor, al tomar vino volverá los besos mucho más ardientes…

Quizás nada puede resumir mejor la Boda de Pablo y Carlos que las primeras estrofas de “Libiamo Ne’lieti Calici” (Brindisi) de La Traviata, la bellísima obra de Piave con música del genial Verdi.

Verónica Del Villar, Anita Barrionuevo y Luciano Castillo interpretaron a capella las voces de Alfredo y Vilotta, y el silencio de admiración se hizo presente entre sonrisas con la respiración contenida de los invitados y agasajados (incluso del personal del salón) en un salón bellísimante decorado. La noche estaba comenzando de esa manera, y era una fórmula que invitaba al brindis y la celebración. La celebración del Amor.

Después de algo más de 4 años, viajes interminables de una lado y hacia otro, quizás lo que define a una pareja no es el estar unidos todo el tiempo, sino que el ser compañeros uno del otro y que están dispuestos a vencer ciertos miedos, costumbres por algo que los moviliza a ir por más. La Historia de Carlos y Pablo es algo así. Familiares y con infinidad de amigos y reuniones sociales, su Boda no podía ser más que el reflejo de ellos: las personas que realmente querían tener cerca, su círculo afectivo más cercano que iban a levantar la copa por ellos en esta ceremonia que no tuvo protocolo, sino que fue un reflejo exacto de dos partes que son distintas, opuestas en varios aspectos pero que se complementan como un todo para fundirse en una unidad que cobró mucho más sentido esta noche.

Ahí suenan, de fondo las palabras, risas, abrazos, salutaciones y felicitaciones. Atrás quedaron los miedos, las dudas que surgen en todo esto que es el querer agasajar a quienes queremos en esto que llamamos “Nuestra Boda”. Por suerte, los chicos comprendieron inmediatamente que lo más importante de una noche como ésta son los invitados, a quienes se agasaja y ese agradece por su presencia, por su acompañamiento y soporte.

Con un salón bellísimamente preparado por todo el personal de Bernardina, la recepción estuvo musicalizada por Cordelia Andrada acompañada por Agustín Waldheim, Mateo Marengo y Lucas Sánchez. Con cartas de amigos lejanos que no pudieron estar presentes, una bella canción de Eladia Blázquez - A un semejante - cantada a voz desnuda por Alejandra Hillman e incluso un pequeño acto de stand up, la noche de esta pareja se resume - muy resumidamente - en estos instantes que disfrutarán debajo. No quiero olvidarme el excelente trabajo de Alejandro Arias Bazán en maquillaje.

Con ustedes voy a compartir

este tiempo de alegría;

todo es locura en la vida, 

lo que no sea placer.

Gocemos, ya que rápido y fugitivo

es el placer del amor…