De fondo, suena “Parte 1”, del Concierto de Köln de Enero del 74 de Keith Jarrett en vivo.
¿Como se despide uno de los lugares que quiso, que quiere?
Le pregunté a Pablo un día, si ahora donde la despedida era inminente, la constante llegada de personas que de alguna manera sentían algo por el Sifò luego del anuncio de bajar persianas lo hacía repensar, ahí adentro bien en el fondo, si estaba tomando la decisión correcta.
La respuesta quedará para mí.
Pero voy a decir que nunca sabemos ante una despedida, una separación, un soltar si ese salto es el correcto. ¿Qué significa “correcto” después de todo en esta situación? Pasar y decir: “Vaya… que mierda… me hubiese gustado pasar más veces…” Sí. Todos hacemos lo mismo ante la despedida. Y decirlo no lo evita, lo único que hace es amigarnos con esas decisiones que tomamos a lo largo del día, esas decisiones que hablan de tomar distancia, de no regresar a lugares que significaron algo. Pero que al volver por unos minutos, nos hacen ver que las despedidas son la reconciliación entre lo que fue, y lo que somos gracias a todo lo vivido.
Creo que para ambos - Jorge y Pablo - esta noche significó eso.
No se podía separar la idea, el sentimiento de pertenencia de quienes asistieron con esa reconciliación poética de haber tenido una relación con, un bar. ¿Han tenido una relación con un bar? Esta gente sí, yo lo ví. Fui testigo.
Demasiadas voces de los que quedaron hasta casi lo último y un funky sonando de fondo que se siente bien. El Sifò se está despidiendo. Con una fiesta.
Yo, llevo doce horas “habitando” esta despedida. Cámara en mano y un 35mm. ¿Quién se despide de algo que quiere y que quiso con una fiesta? Las despedidas son tristes - se supone - pero en el Sifò nada de eso se cumple.
No recuerdo haber vistos tantos abrazos y sonrisas en una despedida. ¡Una despedida por el amor de Dios! ¿Acaso se conocen todos?!
Las historias pasadas son las que nos hacen como presente.
El Sifò cierra. ¿Puedo decir que lo conocí y hablar de él como esa enorme gloria? Quizás puedo decir que ví como cada uno de los actores, los clientes amigos, los proveedores, los que pasaron un día, los camareros, y cualquiera que en un momento de euforia haya decidido grabar su marca para la posteridad en sus paredes, fueron atravesados por un ser “inanimado” al que se le tuvo demasiado cariño y que este bar, sin ellos no hubiese sido posible.
Voy a extrañarte Sifò. Se te va a extrañar, pero tuve el placer de conocerte y eso, al igual que todos esos que estuvieron delante de la cámara, se traduce en honor.
