Historias que se cruzan en un momento. Caminos que se separan en otros. El tiempo que hace lo que tiene que hacer y los caminos que se vuelven a unir. Un Hotel, las sierras, el decreto de un niño de 13 años y esas palabras que suelen no tomarse en serio a esas edades: “Yo me voy a casar con tu hija” le había dicho al que muchos años después sería su suegro.

Y acá estamos.

Palabras y decretos que se cumplen. El amor que vence caminos, distancias y desencuentros… mejor aún reencuentros. Un primer abrazo, un primer beso y no separarse jamas.

Se puede resumir la historia de Co y Cris en pocas palabras cuando de fondo suenan acordes de guitarras acústicas y voces suaves que invitan a relajarse en el suave calor de las ultimas horas del día en una playa vacía cerca de Barcelona? Las imágenes hablan por sí, su textura y su color, el movimiento y lo que imaginamos de ellos, porque no hay poses en el amor: todo es auténtico. El día a día, las miradas y el alegrarse de aquel decreto de adolescente. ¿Se podría vivir feliz sin conseguirlo? Me lo pregunto… creo que no… quizás por eso los dos son así, ya consiguieron lo que todos quieren.